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Actualidad, Control biológico, Unica

Mariola Hernández es una de las pocas mujeres que están dentro de un órgano de decisión en una comercializadora hortofrutícola, concretamente en CABASC, de Unica. En un mundo tradicionalmente controlado por hombres, esta agricultora anima a “que las mujeres no se frenen por cosas sin importancia, porque tienen criterio suficiente para estar en un Consejo Rector”.

¿Desde cuándo es agricultora?

Llevo en la agricultura desde 2010/2011. Puedo decir que somos agricultores “de rebote”. Mi marido es aparejador, se dedicaba a la construcción y yo graduada social. Con la crisis nos quedamos sin trabajo. A raíz de ahí tuvimos que reinventarnos y como mi familia siempre ha trabajado en la agricultura y tenían explotaciones, decidimos dedicarnos a la horticultura nosotros también.

Y ¿desde cuándo es socia de CABASC?

Prácticamente desde que empezamos en la agricultura. Nosotros al principio no conocíamos cómo funcionaba la comercialización. A CABASC sí que la conocía porque empecé a trabajar en el semillero y conocía al presidente y también a muchos agricultores. Todos me hablaban muy bien de esta cooperativa y me dio la confianza suficiente para formar parte de ella.

¿Qué le llevó entrar en el Consejo Rector de su cooperativa?

Fue en 2015 cuando entré como vocal en el Consejo Rector de CABASC. Aunque mi padre era agricultor, y desde pequeña he ido al invernadero todo lo veía desde otro punto de vista, y en cierto modo tenía desconocimiento de cómo funcionaba una cooperativa y cómo era la comercialización. Además de esa curiosidad sentía la necesidad de aportar algo más en un mundo que es solo de hombres. Quería dar otro punto de vista y entender cómo funciona todo.

¿Por qué cree que hay tan pocas mujeres que decidan dar un paso más y tener presencia en los órganos de decisión?

Muchas veces se habla de que hay muchas mujeres en las empresas, pero es solo en el manipulado, porque es un trabajo manual y tradicionalmente lo han hecho las mujeres, pero en la gerencia y en la dirección, la mujer brilla por su ausencia.

“Muchas veces nosotras mismas cuestionamos más a las mujeres que a los hombres”

Esto es así por la cultura y la educación que nos han dado. La mujer tradicionalmente se ha dedicado a ir a trabajar y ocuparse de su casa, y cuando una mujer está todo el día en el invernadero, vuelve a casa y tiene que cuidar de los niños, preocuparse de la comida del día siguiente, etc no tiene ni ganas ni tiempo de ocuparse en ver cómo funciona la cooperativa.

Hablamos del machismo de los hombres, pero en realidad creo que en la mayoría de las ocasiones somos nosotras mismas las que nos ponemos barreras. En el tema de las tareas de la casa hemos evolucionado, ya se implican mucho más los hombres, pero somos nosotras las que debemos hacer que se impliquen y delegar más responsabilidades.

¿Hay presencia de mujeres en la Asamblea de la cooperativa?

En las asambleas prácticamente no asisten mujeres, quizás van 3 o 4. Difícilmente una mujer si no va a una asamblea va a querer llegar luego a un Consejo Rector. Hay que hacer partícipe a las mujeres de las asambleas y problemas de la cooperativa y a partir de ahí irán surgiendo más mujeres que quieran formar parte del Consejo Rector.

En colaboración con COEXPHAL, intento hacer jornadas con las mujeres e implicarlas en la vida de la cooperativa, con charlas sobre formación en control biológico y también en asuntos relacionadas con la agricultura. Hay que visualizar a la mujer para que poco a poco sean partícipes en la cooperativa.

¿Cómo se siente dentro del Consejo Rector?

Hay que normalizar las cosas. Cuando empecé había gente que se sorprendió de que entrara, incluso una mujer me preguntó qué formación tenía yo para poder estar en el Consejo Rector. A ninguno de los hombres creo que le hayan preguntado sobre qué formación tenían. Muchas veces nosotras mismas cuestionamos más a las mujeres que a los hombres. Hay muchas mujeres agricultoras que tienen los mismos conocimientos que los hombres sobre la agricultura y tiene su propia opinión y punto de vista. Todo aporta.

Pienso que verte sola en un Consejo Rector de hombres puede llegar a cohibir, por eso es importante que más mujeres se animen y estén dentro.  

En mi caso nunca me he sentido desplazada ni violentada por ninguna situación. En las reuniones me he sentido como una más, es por eso que quiero animar a las mujeres que de verdad tengan interés que no se frenen por cosas que no tienen importancia, que seguro que tienen criterio suficiente para estar ahí.