La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha hecho publico recientemente un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en el que hablan de la extrema importancia de preservar el suelo del planeta para no contribuir un deterioro del mismo. La ONU plantea diferentes soluciones para cumplir con el Acuerdo de París y mantener el calentamiento global por debajo de dos grados centígrados.
El modelo productivo empleado mayoritariamente en Almería, la agricultura bajo plástico, es un referente para las Naciones Unidas, desde su implantación hace ya más de medio siglo.
La agricultura almeriense combate el cambio climático y optimiza el uso de los recursos de agua y suelo. Almería tiene una huella hidríca 20 veces menor a la del conjunto de agricultura nacional.
En la actualidad, Almería dispone de 30.000 hectáreas de superficie de invernaderos, un autentico sumidero CO2 y produce el denominado efecto albedo, que mitiga en buena medida los efectos del cambio climático. Debido a las cubiertas de plástico de los invernaderos, el reflejo de la radiación solar es menor, contribuyendo a disminuir la temperatura media.
Cubiertas de invernaderos de Almería
Gracias al modelo de agricultura intensiva se optimiza el uso del agua, la provincia de Almería tiene una huella hídrica 20 veces menor que en el resto de España, con 844 m3 per cápita, mientras que en Almería baja a los 44 m3.
Por otro lado, la provincia es pionera en el uso de control biológico en detrimento de los fitosanitarios, que cada vez son menos agresivos, todo ello, en busca del residuo cero y redundando en el cuidado del suelo y de la biodiversidad que rodea a las explotaciones bajo plástico. Además, el sector hortofrutícola almeriense está basado en explotaciones familiares, fundamental para mantener la viabilidad de las comunidades locales, más de 12.500 explotaciones y familias viven de este tipo de agricultura, donde un 30% de la mano de obra es familiar.