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Control biológico, I+D+i

Los neonicotinoides son una familia de insecticidas que actúan en el sistema nervioso central de los insectos y que ya han sido detectados como causantes de la disminución de las abejas, pero además varios estudios ya han alertado en los últimos años que estos insecticidas también afectan a los insectos beneficiosos, especialmente los polinizadores que se alimentan de néctar y polen contaminado, y otros integrantes de la fauna auxiliar.

Avispilla alimentándose de melaza. ©IVIA

Avispilla alimentándose de melaza. ©IVIA

Ahora, un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), la Universidad de Valencia y la Universidad de Wageningen (Holanda), publicado en la revista PNAS y dado a conocer por el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), ha descubierto una nueva forma por la que estos insectos están expuestos a los neonicotinoides: la melaza.

La melaza es un líquido azucarado que excretan algunos insectos que se alimentan de la savia de las plantas, como pulgones, cochinillas algodonosas y moscas blancas, y representa una importante fuente de nutrientes para muchas especies beneficiosas como abejas, hormigas, parasitoides y depredadores de insectos. Por eso, el estudio alerta que si los insectos consumen polen contaminado, también afectará a la melaza que producen.

Los investigadores recolectaron melaza producida por una especie frecuente en plagas de cítricos, Planococcus citri, que se alimentó de especies tratadas con el citado insecticida. Esa melaza fue dada como alimento a dos especies de insectos beneficiosos: una mosca que se aplica en el control biológico de los pulgones (Sphaerophoria rueppellii) y una avispa parásita (Anagyrus pseudococci), que controla las plagas de algunas cochinillas.

Los resultados revelaron una alta toxicidad de la melaza que provocó la muerte en un plazo de tres días a la mayoría de moscas y avispas que la consumieron. Además, según Alejandro Tena, director del estudio del IVIA la melaza estaba contaminada incluso cuando el insecticida no se aplicaba por goteo y se iba degradando con el tiempo hasta llegar a la mitad de la dosis recomendada.