La gestión de residuos, la incertidumbre sobre el acceso de determinadas áreas de riego, la producción ecológica y el control biológico, así como la inmigración, son algunos de los hechos que marcan este periodo.
Los resultados anormales de la campaña pasada anticipaban un ciclo con números más modestos. Los datos reflejan que los ingresos descienden más de un 14% como consecuencia de unos precios inferiores en un 15% y un aumento leve de la producción de un 1%. Aunque estos datos parecen negativos, no lo son tanto al comparar con la media de 10 años atrás: en este caso los ingresos son un 22% más altos, sobre todo por el incremento de la producción (10%) y en menor medida por la subida de precios (sólo un 4%). La verdad es que el campo almeriense enlaza ya 4 campañas aceptables, después de un ciclo 2013/14 que fue muy negativo.
La campaña en hechos
A parte de los datos económicos, otros hechos han destacado durante este ciclo: la gestión de residuos sigue sin resolverse, las incertidumbres sobre el acceso de determinadas áreas al riego no desaparecen, la tendencia hacia la producción ecológica continúa a pesar de la caída del control biológico de plagas. Por otro lado, la inmigración descontrolada se configura como el reto para el próximo ciclo.
50.000 toneladas de plásticos
En el caso de los residuos, la gestión de las 50.000 toneladas de plásticos se ha configurado como un reto después de que las salidas para este material hayan caído debido a la decisión de China de no importar plásticos que tengan más de un 5% de impurezas. Esto ha dificultado la principal salida comercial, aumentando los costes de gestión. A esto se suma el cierre de actividad de Cicloagro, entidad que coordinaba el proceso de gestión. Pero esto no es todo, la gestión de los restos vegetales tampoco encuentra una solución definitiva. La oportunidad de la economía circular todavía está por explotarse.
Agua
Respecto al agua, el problema persiste: quedan pendiente la ejecución de infraestructuras hidráulicas, el establecimiento de un precio del agua desalada que el agricultor pueda pagar, y despejar la duda sobre el abastecimiento de ciertas áreas de la provincia, que está poniendo en cuestión la viabilidad de importantes explotaciones.
Agricultura ecológica
Por otro lado, el año 2017, cerró con casi 3.300 hectáreas de hortícolas en producción ecológica (2.700 en invernadero), con un incremento cercano al 30% respecto al periodo anterior. La cosecha orgánica casi llega al 10% de la superficie bajo plástico, mostrando el cambio radical de las técnicas de cultivo en el campo. Importantes empresas están haciendo ímprobos esfuerzos para aumentar la superficie que este tipo de cultivo cada vez es más demandado por el cliente. De forma paradójica el empleo de control biológico de plagas se ha estancado en las 26.000 hectáreas (60% de la superficie), circunstancia que debe preocuparnos.
Fenómeno migratorio
Un punto conflictivo que ha surgido a final de campaña es el crecimiento exponencial de la inmigración no controlada. Almería se está convirtiendo en una de las zonas “calientes” del tráfico de inmigrantes. La capacidad de la provincia para atender de forma correcta a los recién llegados está desbordada. Esto derivará, sin duda, en nuevos asentamientos por todo el levante y poniente. Circunstancia que será aprovechada por la competencia para desprestigiar nuestra imagen. Obviando que estamos ante un problema humanitario de gran calado donde todos, incluidos ellos, deberían aportar a la solución.