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Actualidad, Control biológico

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Miguel Vargas Maldonado, 81 años

Es la primera generación de esta saga de agricultores asociados a Cabasc, SCA

¿Cuándo comenzó y cuántos años ha estado como agricultor?

Comencé como agricultor en el año 1958, con 23 años. En aquella época no existían los invernaderos. La primera finca que trabaje era de setos, en la calle, y plantaba tomates, habichuelas mochas y algo de pimiento. No tenía la finca en propiedad. Empecé a medias pagando una renta por los ocho mil metros de setillo que cultivaba en Balanegra. Después de 9 años, a principio de los años 60, compre mi primera tierra para trabajar por mi cuenta. He trabajado como agricultor más de 40 años.

¿Cuáles eran los problemas que tenía como agricultor en aquella época?

Quizá el problema más grave era el viento, porque al estar el cultivo en la calle estábamos muy expuestos. Cuando se metían las ventoleras de levante, se llevaba por delante las matas de tomate…. Realmente teníamos agua, no había tantas plagas como ahora, por lo que a lo único que temíamos era al mal tiempo. En aquella época sólo se hacía una cosecha de tomate y las habichuelas. Trabajábamos mucho y siempre mirando al cielo.

¿Recuerda su primer invernadero?

El primer invernadero tenía una extensión de 3.500 metros. Era muy bajo. En el centro se llegaba a los 2 metros de alto. Echábamos el plástico y desde dentro lo “punteabamos”. El suelo era “enareando”. Se regaba a manta, no existía el riego por goteo. Más tarde compré una finca de 8.000 metros y la inverné también y luego, años después, otra de 14.000, en la playa, donde sólo ponía habichuelas.

Miguel Vargas Galdeano, 51 años

Segunda generación de esta estirpe de agricultores de Balerma. Sigue en activo junto a su hijo.

Años como agricultor

Comencé a trabajar con mi padre con 16 años, en el año 1980 y cuando cumplí los 24 años compré mi primer invernadero. Actualmente tenemos 4 hectáreas de tierra. Plantamos pimiento california, pepino snack, pimiento mini sweet y algo de melón. Llevó como agricultor 35 años.

¿Cuál es el mayor avance que hemos tenido en estos años?

Para mi sin duda el gran avance, el punto de inflexión entre la agricultura que se hacía antes y la de ahora, es la lucha biológica. Eso ha salvado a los agricultores de Almería. Gracias al control biológico nuestros productos se han colocado en un puesto muy importante. La calidad de los productos es superior a los que se producen en otras zonas y eso los clientes lo saben y lo valoran. El control biológico fue una revolución que nos salvó y trajo mejoras para los invernaderos ya que tenían que estar mejor preparados para albergar a los bichos.

¿Cuál es el mayor problema que tenemos, ahora en el presente?

La unión del campo. Estamos muy divididos y no sabemos comercializar nuestros productos. Producimos muy bien, cantidad y mucha calidad, pero no somos capaces de comercializar esos magníficos productos a un precio digno estando solos en el mercado. Y eso es porque no estamos unidos. Nos hacemos la competencia entre nosotros mismos. Hemos avanzado algo, pero nos queda bastante para hacernos más grande y más fuertes cuando vendemos. El futuro está en lo que seamos capaces de hacer sobre este tema.

Miguel Ángel Vargas Mingorance, 32 años

Nieto e hijo. La tercera generación de esta familia de agricultores. Es el futuro.

Años como agricultor

Llevo trabajando con mi padre desde el año 2000. En estos 17 años he visto avanzar los invernaderos de la finca. Antes eran planos, ahora son tipo “raspa y amagao”. Hemos mejorado la estructura, hemos incorporado máquinas de riego y hemos instalado, en alguna, calefacción…La lucha biológica ha sido mi escuela.

¿Cómo ves el futuro de nuestro modelo de agricultura?

Opino como mi padre. Hay que cambiar la mentalidad a la hora de vender. Debemos estar más unidos y ser conscientes de la importancia que tenemos como zona productora de frutas y hortalizas y de la potencia que somos. Unidos sumariamos y podríamos controlar los precios de nuestros productos y no dejarlos en manos de otros. Hemos sido capaces de aplicar alta tecnología a nuestros invernaderos, por lo que cada vez cultivamos más y mejores productos.

¿Cuál es el mayor problema que ves en el horizonte?

La falta de agua. Creo que ese es el mayor problema que tenemos ahora mismo. Los acuíferos están al límite y hay que buscar una alternativa antes de que el problema sea irreversible. Tenemos desaladoras que hay que poner en marcha y el gobierno debería controlar el precio del agua para que sea igual para todos. Hace falta que se den soluciones a corto plazo, es perentorio que la agricultura, que es el motor de la economía de la provincia de Almería, tenga agua para poder cultivar. Sin el agua, la agricultura no tiene futuro.

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