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Invernaderos solares del sureste español, ejemplo de sostenibilidad.

En la campaña 2015/2016, el volumen de la producción de tomate, pimiento, pepino, calabacín, berenjena, judía, melón y sandía en Almería, alcanzó un total de 3.345.144 toneladas, con un valor de comercialización de 1.825 millones de euros, según los últimos datos ofrecidos por la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía. Esta provincia española, que cuenta con 30.230 hectáreas, representa el 85% de la producción de frutas y hortalizas bajo abrigo de Andalucía y el 60% de la producción con respecto a España.

La industria hortofrutícola de invernadero del sureste español ha contribuido y sigue contribuyendo al desarrollo y bienestar de miles de inmigrantes que buscan en Almería un destino mejor para ellos y sus familias. Este modelo agrícola es uno de los mayores sectores generadores de empleo. Por esta razón el sector vela para que sus empleados trabajen en condiciones dignas y amparadas por el marco legal.

Los afiliados totales a la seguridad social, es decir, personas con un contrato que garantiza un salario base y totalmente cubierto por los servicios sanitarios, en la agricultura de la zona de Almería son 55.648 (datos de 2015), de los que 35.634 son extranjeros. Junto con aproximadamente 15.600 agricultores, suman más de 71.000 personas que trabajan en la horticultura almeriense.

Calidad y seguridad certificada

La calidad y seguridad alimentaria de la producción de Almería es muy elevada, especialmente debido a la implantación de la técnica del control biológico de plagas. La provincia tiene en cultivo unas 26.400 hectáreas con métodos de control biológico y producción integrada, lo que significa que Almería sigue a la vanguardia española y europea en producción respetuosa con el medio ambiente, sana, segura y al gusto de los consumidores más exigentes.

Producción ecológica única

Fue en la campaña 2006/2007 cuando se produjo en Almería el despegue de la agricultura ecológica. Un inicio acentuado por el aumento de la demanda por parte de los clientes europeos y cadenas de producto ecológico. En ese momento agricultores implicados con esa filosofía a la hora de cultivar comenzaron a certificar sus producciones, demostrando que la producción hortofrutícola de la provincia cumple con los requisitos de la producción ecológica, ofreciendo productos únicos en un entorno más que respetuoso con el medio ambiente.

El impacto visual que puede generar la estructura invernada desaparece totalmente al comprobar que debajo de esas cubiertas existe toda una masa vegetal encargada de producir frutas y hortalizas en un equilibrio productivo perfecto aprovechando los recursos para dar a la naturaleza todo lo que necesita. Gracias a este modelo productivo se puede abastecer de frutas y hortalizas los 365 días del año a más de 500 millones de habitantes.

El invernadero solar de Almería es totalmente sostenible. Minimiza el consumo de energías fósiles, reduce las emisiones de CO2, reduce el consumo de agua, la ocupación de suelo, la aplicación de fitosanitarios y permite la implantación de métodos de control biológico, así como, la producción ecológica.

Casi el 100% de los plásticos de los invernaderos se reciclan en plantas autorizadas para este fin. Los agricultores son muy conscientes de la necesidad de cuidar el entorno, necesario para mantener su medio de vida.

La agricultura más sostenible del mundo

La viabilidad económica, social y medioambiental de la agricultura intensiva, que sólo representa el 0,42% de la superficie de Andalucía, es incuestionable. Las contribuciones socio-económicas y ambientales de la agricultura de Almería son un referente internacional, ya que en el desarrollo de los sistemas agrarios muy raramente se da la confluencia equilibrada de las tres dimensiones básicas de la sostenibilidad: la económica, la social y la medioambiental.

En el caso de la agricultura intensiva almeriense, los datos estadísticos que abarcan un desarrollo de más de 50 años, corroboran que una sostenibilidad desde el punto de vista o global es posible. Cuestión que se recoge en un artículo publicado por los investigadores de la Universidad de Almería, Emilio Galdeano Gómez, José Ángel Aznar Sánchez y Juan Carlos Pérez Mesa, en la revista International Journal of Agricultural Sustainability, la primera revista científica mundial sobre la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.

La dimensión ambiental de la agricultura de Almería muestra una utilización eficiente de los recursos y el impacto en términos de huella ecológica, especialmente la hídrica, muy positivos; donde se incluyen además aspectos como el efecto albedo de los invernaderos para la reducción del calentamiento global y el referente de prácticas integradas (mayor superficie hortícola mundial) y ecológicas a nivel internacional.

De esta forma, el impacto ecológico resulta unas 20 veces inferior a media agrícola nacional para determinados recursos, por factores como la adecuada aplicación de tecnologías (eco-eficiencia en uso de agua), la exportación de recursos hídricos en forma de alimentos (hortalizas) y el papel importante en la seguridad alimentaria, tanto nacional como europea (alimentos para 53 millones de personas), que tiene este sector productivo.

Componente social

En el mencionado artículo los autores dejan claro el componente social, como uno de los ejes fundamentales, al tratarse de explotaciones eminentemente familiares, que han contribuido con sus organizaciones e industrias conectadas al sector agrícola a un extenso capital social y un equilibrio incomparable en el reparto de las rentas generadas. Ello ha permitido, además, una rápida y más adecuada integración social, así como un desarrollo más sostenible medioambientalmente.