Plagas de insectos y ácaros afectan de diferentes maneras a la cosecha. En algunos casos, el daño directo no es tan grave, pero una pequeña herida en el fruto sirve de entrada para pudriciones. Cuando esta pequeña herida pasa desapercibida en el almacén de manipulado, la pudrición se manifiesta después, cuando el fruto ya está en camino hacia el cliente.
Especialmente en pimiento, hay tres insectos responsables de importantes pérdidas en postcosecha: las moscas de la fruta Atherigona orientalis y Ceratitis capitata, y el chinche Creontiades pallidus. Las tres especies son relativamente nuevas en los cultivos en invernadero. Aparecen desde que dejaron de usarse insecticidas de amplio espectro. Contra cada una, lo más importante es la prevención y el trampeo, puesto que casi no disponemos de buenas herramientas de control, ni químico ni biológico.
Mosca de la fruta del pimiento
Desde 2010 conocemos en Almería a la ‘mosca menor de la fruta del pimiento’, Atherigona orientalis, una mosca gris, un poco torpe y parecida a la mosca del vinagre. No solo afecta al pimiento, sino también a la berenjena. Esta mosca está presente en la mayoría de las zonas tropicales y sub-tropicales del mundo, incluyendo los Estados Unidos. Normalmente está considerado como plaga secundaria, que se reproduce en material orgánico en descomposición. Pero, cuando las poblaciones son altas, pueden colocar sus huevos en frutos sanos de pimiento, en zonas cercanas al cáliz. Las larvas penetran en el fruto y transmiten bacterias, Pectobacterium (=Erwinia) carotovorum, que causan la pudrición total del fruto, con un olor muy desagradable. Atherigona suele caer en grandes cantidades en trampas adhesivas de color amarillo o celeste. También se usan trampas caseras, en forma de botellas de plástico con huecos, con un atrayente a base de vinagre y azúcar.
Mosca del Mediterráneo
La mosca del mediterráneo, Ceratitis capitata, es frecuente en cítrico, higos, higos chumbos y muchos frutos más. También se puede reproducir en pimiento o tomate, pero su presencia en invernaderos es poco frecuente. Es fácil de reconocer por su coloración y sus alas dibujadas de negro. A pesar de ser relativamente escasa, genera problemas para la exportación a Estados Unidos, donde está considerada como plaga de cuarentena. Este invierno, EE.UU. ha cerrado sus fronteras para el pimiento español por detecciones de la mosca del mediterráneo. Diferente de la mosca del pimiento, Ceratitis inyecta sus huevos en los frutos, con la ayuda de un tipo de taladro que tiene en la punta de su abdomen. Contra Ceratitis hay una gran cantidad de trampas disponibles, algunos con una eficacia notable.
Creontiades
Este año, el chinche Creontiades pallidus ha sido el más importante de los insectos que causan problemas en post cosecha. Es familia de Nesidiocoris, bien conocido en la gran mayoría del tomate para el control biológico de mosca blanca y otras plagas. También es depredador de plagas, pero hace más daños a las cosechas por sus picaduras de los frutos. Deja picaduras que no siempre son fáciles de ver. El adulto tiene más de 1 centímetro, y las ninfas son fáciles de reconocer por su color verde y sus antenas rayadas entre verde pálido y negro. No hay trampas especialmente eficaces contra este chinche.
Hermeticidad e higiene
Desde luego, es necesario iniciar nuevas investigaciones para desarrollar métodos de control biológico contra estas tres especies. Nunca han sido investigados en invernaderos, porque antes no tenían importancia y no estaban presentes en los primeros países donde el control biológico fue desarrollado en los años ‘80-’90. De momento, no tenemos más remedio que centrarnos en prevenir su entrada y proliferación. En primer lugar, tenemos que insistir en la adecuada instalación de mallas anti-insectos y dobles puertas. Se trata de insectos grandes, mucho más grandes que el trips, la mosca blanca o el pulgón, solo pueden entrar por aperturas en la estructura que no están sellados por mallas.
Aparte de la hermeticidad del invernadero, la mejor prevención contra las moscas de la fruta es evitar su proliferación. Es decir, eliminar semanalmente los frutos malos de la planta y del suelo y eliminar, si es posible, las partes de las plantas podridas. Tres plagas nuevas, contra las que tenemos que aplicar la hermeticidad y la higiene.